jueves, agosto 25, 2016

CÓMO DEBE SER TU 'TEMPLO'.

Nuestro cuerpo físico y espiritual.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CÓMO DEBE SER TU ‘TEMPLO’.
1ª CORINTIOS 3:17Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.”
La mayoría de las religiones y sectas tienen sus propios templos.  Algunos son los del lugar, otros de la provincia, etc., etc., donde la gente va a adorar a su propio dios.
Los cristianos tenemos un lugar físico donde congregarnos, para alabar a DIOS y servirle, pero leyendo este pasaje bíblico la perspectiva del templo cobra una nueva y real dimensión y significado.
La Biblia dice que cada cristiano, nacido de nuevo por el poder del Espíritu Santo, luego de recibir a CRISTO como su Salvador personal es un templo viviente.
La mayoría de los cristianos utilizamos la frase “voy al templo”, cuando vamos a congregarnos en un local dedicado a DIOS, pero en realidad los templos somos nosotros los cristianos.  Cada uno de nosotros somos un “ladrillo” del templo universal del pueblo de DIOS.  Ahora bien, el pasaje de este día nos anima a no descuidar nuestro cuerpo, pues es considerado santo ante los ojos de DIOS.
A veces cultivamos tanto el espíritu que descuidamos el cuerpo, no dándole alimentos balanceados, bajos en grasas, no teniendo una vida deportiva adecuada, no descansando las horas necesarias, etc., etc.  Somos muy cuidadosos de la parte espiritual pero descuidamos el vaso que contiene al espíritu: nuestro cuerpo físico.
El cristiano equilibrado es aquel que cuida principalmente su vida espiritual interior, pero a la vez no descuida su aspecto físico exterior.  DIOS en un DIOS de equilibrio.  El pasaje de hoy lo confirma.  ¿Eres un cristiano equilibrado, espiritual y físicamente?
ORACIÓN: Gracias Señor porque hoy me enseñas que mi cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Ahora me doy cuenta, oh Señor, que estoy descuidando mi apariencia física y que me encuentro en una condición física deplorable.  Ayúdame a entrar en Tu equilibrio espiritual-físico, para de esa manera, poder glorificarte.  Por Cristo nuestro Señor y Salvador.  Amén.



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