jueves, diciembre 01, 2016

EL DISFRUTE DE LA VIDA

Amarás al Señor Tu DIOS con todo tu corazón…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL DISFRUTE DE LA VIDA
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ECLESIASTÉS 2:13bTodo lo que debemos hacer es
alabar a Dios y obedecerlo.” (TLA)
       El rey Salomón no fue solo el hombre más sabio que haya existido (1 Reyes 3:12); también fue bendecido con riquezas inimaginables y con el privilegio de construir el templo de DIOS. Por tanto, es de esperar que supiera lo que era la satisfacción profunda.
       En la búsqueda de esa satisfacción profunda, Salomón se dedicó a incursionar en toda clase de cosas. Eclesiastés nos dice que se entregó a los placeres del mundo, interesándose incluso en actividades que sabía que eran una locura, para ver si había algo que valiera la pena en éllas. Pero la satisfacción que buscaba Salomón lo esquivaba, y llegó a la conclusión de que la autocomplacencia no tenía ningún valor.
       Para sentir satisfacción, el rey buscó la realización personal. Emprendió grandes proyectos, tales como la construcción de casas para él, el mejoramiento de su entorno con jardines y parques y llevó a cabo un vasto proyecto de irrigación (Eclesiastés 2:4-6). El rey tenía todo lo que podía necesitar para disfrutar de la vida, pero al final llegó a la conclusión que nada de esas cosas tenían sentido.
         La historia nos resulta familiar, ¿verdad? Nuestro mundo tiene muchas personas educadas y exitosas, pero también muy descontentas con la vida. Nuestra cultura persigue el placer y no acepta límites. Lamentablemente, esa falta de moderación ha arruinado innumerables vidas. Salomón tenía la sabiduría y los recursos para lograr todo lo que quisiera hacer. Pero los objetivos que persiguió no le dieron ninguna satisfacción. Llegó a la conclusión que lo mejor era obedecer a DIOS (Eclesiastés 12:13  El discurso ha terminado. Ya todo ha sido dicho. Honra a Dios y cumple sus mandamientos, porque eso es el todo del hombre.”). El gozo verdadero se tiene cuando nos ajustamos a la voluntad de Él.
ORACIÓN: Cuán sabia es Tu Palabra, Señor. Sólo nos vamos a sentir totalmente logrados cuando llevemos la vida que te agrade y que compartamos el amor que Tú compartes con nosotros.
Gracias Señor. En el nombre de Cristo, amén,
También me dije a mí mismo: «Ahora voy a hacer la prueba divirtiéndome; voy a darme buena vida.» ¡Pero hasta eso resultó vana ilusión! Y concluí que la risa es locura y que el placer de nada sirve.
Con mi mente bajo el control de la sabiduría, quise probar el estímulo del vino, y me entregué a él para saber si eso es lo que más le conviene al hombre durante sus contados días en este mundo.
Realicé grandes obras; me construí palacios; tuve mis propios viñedos. Cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. Construí represas de agua para regar los árboles plantados; compré esclavos y esclavas, y aun tuve criados nacidos en mi casa; también tuve más vacas y ovejas que cualquiera otro antes de mí en Jerusalén. Junté montones de oro y plata, tesoros que antes fueron de otros reyes y de otras provincias. Tuve cantores y cantoras, placeres humanos y concubina tras concubina.
Fui un gran personaje, y llegué a tener más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. Además de eso, la sabiduría no me abandonaba. 10 Nunca me negué ningún deseo; jamás me negué ninguna diversión. Gocé de corazón con todos mis trabajos, y ese gozo fue mi recompensa.
11 Me puse luego a considerar mis propias obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y me di cuenta de que todo era vana ilusión, un querer atrapar el viento, y de que no hay nada de provecho en este mundo.
12 Después me puse a reflexionar sobre la sabiduría, la estupidez y la necedad: ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, sino lo que ya antes ha sido hecho? 13 Y encontré que es más provechosa la sabiduría que la necedad, así como es más provechosa la luz que la oscuridad.
14 El sabio usa bien los ojos, pero el necio anda a oscuras. Sin embargo, me di cuenta de que a todos les espera lo mismo, 15 y me dije: «Lo que le espera al necio también me espera a mí, así que de nada me sirve tanta sabiduría. ¡Hasta eso es vana ilusión! 16 Porque nunca nadie se acordará ni del sabio ni del necio; con el correr del tiempo todo se olvida, y sabios y necios mueren por igual.»
17 Llegué a odiar la vida, pues todo lo que se hace en este mundo resultaba en contra mía. Realmente, todo es vana ilusión, ¡es querer atrapar el viento! 18 Llegué a odiar también todo el trabajo que había realizado en este mundo, pues todo ello tendría que dejárselo a mi sucesor. 19 Y una cosa era segura: que él, ya fuera sabio o necio, se adueñaría de todo lo que con tanto trabajo y sabiduría logré alcanzar en este mundo. ¡Y esto también es vana ilusión!
20 Al ver lo que yo había hecho en este mundo, lamenté haber trabajado tanto, 21 pues hay quien pone sabiduría, conocimientos y experiencia en su trabajo, tan sólo para dejárselo todo a quien no trabajó para obtenerlo. ¡Y también esto es vana ilusión y una gran injusticia!
22 En fin, ¿qué saca el hombre de tanto trabajar y de tanto preocuparse en este mundo? 23 Toda su vida es de sufrimientos, es una carga molesta; ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y esto también es vana ilusión!


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